Maximiliano Guerra y Santiago Kovadloff inauguraron la Cátedra Itinerante sobre Cultura y Democracia en la Universidad de Morón, con la participación de la docente de la Casa y concejal Analía Zappulla.

 

La Universidad de Morón fue el escenario elegido por el artista Maximiliano Guerra y el filósofo Santiago Kovadloff para dar la primera cátedra itinerante del ciclo Cultura y Democracia. Propuestas para una Integración, que recorrerá el país profundizando en estos dos conceptos centrales. Con la moderación de la docente de la Casa y concejal Analía Zappulla, ambos expusieron una visión integrada para “reconstruir el país”.

La charla comenzó con las palabras de Zappulla, que resaltó un punto en común entre los dos oradores. «Ambos tuvieron la valentía de correrse de la comodidad que da el éxito, en el que todos los quieren, para luchar por valores que en este país se perdieron o son difíciles de encontrar», sostuvo.

Luego fue el turno de Guerra, quien se ocupó de definir a la cultura como todo lo que hacemos. «Es lo que somos todos nosotros. Somos generadores de una cultura que tiene que ver con cómo somos, qué somos y qué queremos ser. Y nos enfrentamos a la pregunta de ¿estamos contentos con la cultura que tenemos, que nos rodea?», planteó.

«Yo necesito ver a mi país diferente, donde a futuro pueda sentirme seguro de que mis nietos van a poder crecer», se respondió y arengó: «Tenemos que recuperar muchísima cultura porque estamos en tiempo de abismo y no sabemos hacia dónde vamos a ir. Tenemos que tener la fuerza de poder cambiar, de juntarnos y decidir lo que queremos como argentinos».

Por su parte, Kovadloff hizo hincapié en buscar consensos y pronunció: «La búsqueda de consensos es el resultado de un renunciamiento a saberlo todo y de una convicción de que permite encontrar un acuerdo de convivencia para vivir en libertad».

Además planteó la necesidad de evitar seguir reviviendo problemas del pasado. “Argentina oscila entre el pasado y el porvenir. Ahora está apegada al pasado desde el punto de vista de que las consignas son más que las ideas y hay una escasa actitud de innovación. Entonces, es un país con problemas poco innovadores, son monótonos porque tiene pasión por la repetición que desemboca en el fracaso», explicó.

Por último, detalló que la democracia tiene las posibilidades de perfeccionarse y de no evolucionar. “La primera opción se refiera a dar a las investiduras el valor de una representación y no la identidad de quién la ejerce. Si el conocimiento no está al servicio de la capacidad autocrítica del diálogo, esa cultura se transforma en obediencia de vida”, advirtió.

“Tenemos que ponernos en acción para reconstruir el país”, cerró Guerra.

Compartir esta nota
Contactanos por whatsapp!