La mayoría de los cambios se imponen por inevitables, acompañan la evolución biológica, intelectual y tecnológica incorporando a la estructura universal nuevas formas de relacionarnos.
La Medicina, como cualquier disciplina, se encontró con un área distinta a su condición de origen, que utilizó durante muchas décadas solo para perfeccionar métodos diagnósticos con aparatología más o menos sofisticada que complementaba la tarea profesional.
Los cambios en general no son lineales y hay situaciones fortuitas o buscadas que los provocan con mayor o menor velocidad.
En este caso la pandemia ha generado modificaciones tanto en nuestros hábitos, como en las modalidades laborales.
El avance de las comunicaciones ya había permitido por ejemplo que una imagen digital de diagnóstico pudiera enviarse a paciente o médico a través de mail, WhatsApp o cualquier plataforma compatible.
O la Historia Clínica Electrónica, que permite al paciente ser poseedor de su única historia clínica, con todos sus antecedentes y resultados de los estudios realizados para que pueda llevarla consigo en su celular y atenderse en el servicio que lo desee, como debe ser.
¿Es el papel un instrumento en extinción?
Probablemente
El tema que nos ocupa hoy son las diferentes formas de confeccionar una receta médica válida.
Es de pleno conocimiento que los recetarios membretados o de obras sociales son los mas utilizados, en los cuales el médico prescribe, indica y firma de su puño y letra.
Pero para disminuir el contacto con superficies potencialmente contaminantes, en principio comenzaron a aceptarse fotos de recetas que el médico mandaba al celular del paciente y éste lo mostraba en la farmacia. Como la tecnología no solo debe facilitar el procedimiento sino también conservar la seguridad del sistema, hoy el médico puede registrar su firma digital y a través de una aplicación confeccionar la receta para que pueda el farmacéutico expenderla sin problemas.
A partir del 1 de marzo del corriente año se aceptarán este tipo de recetas en las farmacias de todos aquellos médicos que hayan adherido al sistema. También se seguirán aceptando las de papel con sello y firma del profesional. Pero se dejarán de aceptar las fotos de recetas.
Esto es válido también para las órdenes de prácticas o estudios complementarios.
Sin duda, más allá de las resistencias que pueda generar el cambio, no dudo que será beneficioso tanto para pacientes, médicos y farmacéuticos.
Dr. Juan José González
MP 37071