La Fundación Enebro , con sede en el Oeste, trata de concientizar para prevenir el suicidio desde la Fe. El suicidio, trágico grito de desesperación, es un grave problema social que aún no hemos logrado resolver. La guerra de Malvinas dejó consecuencias de todo tipo, entre ellas el suicidio se presenta como la más trágica.
La pérdida de un hijo, padre, esposo, amigo o camarada es como si se detuviese el tiempo,se abre un abismo que traga el pasado y también el futuro. La muerte, que se lleva a ese ser amado, es una bofetada a las promesas, a los dones y sacrificios de amor gozosamente entregados a la vida.
El suicidio es un tema que muchas personas evitan discutir. Aquellos que han intentado quitarse la vida se sienten estigmatizados, ocultando su dolor y dificultando la búsqueda de ayuda. Este tabú no solo afecta a quienes luchan contra sus propios demonios, sino
que también deja a los familiares y amigos de los fallecidos marcados y solos frente a una tragedia inimaginable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el suicidio, con más de un millón de casos anuales en todo el mundo, es un problema de salud pública de proporciones pandémicas. Cada día, en Argentina, se pierden 11 vidas en promedio, siendo la principal
causa de muerte no natural en jóvenes de 15 a 29 años. Entre los Veteranos de Guerra de Malvinas esa estadística es mucho peor, sin datos precisos pero con referencias ciertas, a 42 años de la finalización del conflicto ya son más de 2000 los casos. Sin embargo, el tabú que envuelve al suicidio impide la adecuada visibilización y, por ende, la implementación de medidas preventivas.
La participación de la guerra es una experiencia traumática, por lo que entre las secuelas de índole psicológica que deja, se pueden enumerar ansiedad, depresión, angustia, fobias,
stress y ataques de pánico. Un trastorno habitualmente asociado a ex combatientes, es el de Stress Post Traumático, que anteriormente se denominaba “neurosis o fatiga de guerra”. Esta secuela, en general
es causada por un trauma psicológico severo o una situación en la que la salud (del individuo afectado o de terceros) puede verse en peligro o bien ante un riesgo de muerte.
Contrario a la creencia común, la OMS sostiene que el suicidio es prevenible en la mayoría de los casos. Para reducir la tasa de suicidios, se deben abordar cuatro líneas prioritarias:limitar el acceso a los medios y métodos suicidas, manejar de manera responsable los
casos de suicidio en los medios de comunicación, fomentar habilidades socioemocionales entre los jóvenes y detectar precozmente el riesgo suicida, además de intervenir y dar seguimiento a las personas con pensamientos y comportamientos suicidas.
El suicidio no es simplemente un problema individual o familiar; es una tragedia social que nos concierne a todos. La prevención comienza por romper el silencio y visibilizar el
problema.
Informar, hablar abiertamente y poner el tema en la agenda pública son pasos cruciales para abordar esta crisis de salud mental.
Para prevenir el suicidio, es esencial actuar de manera colectiva. Romper el tabú, ofrecer apoyo a quienes lo
necesitan y trabajar en conjunto en las líneas prioritarias propuestas por la OMS son acciones imperativas. Al hacerlo, no solo ayudamos a quienes luchan contra el suicidio, sino que también contribuimos a construir una sociedad más empática y comprensiva.
La prevención del suicidio no es solo responsabilidad de los profesionales de la salud mental, sino de toda la sociedad.
Al enfrentar el problema de frente, podemos marcar la diferencia y salvar vidas.
El sufrimiento asociado al suicidio es uno de los desgarros que más desarman nuestra fe.
Esta situación límite nos coloca ante una encrucijada creyente que apunta a la
comprensión última de la esperanza, la confianza y el amor de Dios. Entonces, el respeto al misterio que palpita en lo profundo del ser humano, cuando el don de la vida se le vuelve insoportable, tendrá que ser la clave que sostenga nuestra acción. Desde la fe es posible abrirse a la esperanza definitiva en el Dios de la alianza, que no se desdice de la belleza eterna de aquellos a los que ha creado por amor.
La Misa por la vida es una iniciativa creada desde la Fundación Enebro, en el marco de la Campaña de Concientización y Prevención del suicidio desde la Fe, que junto al Proyecto “11 MISAS”,fue acercado a la Iglesia Católica, con la finalidad de recordar a aquellos Veteranos de Guerra de Malvinas que fallecieron por suicidio, abrazar y acompañar a sus familiares,amigos, camaradas y poder crear prevención a través de la visibilización de esta
problemática en un ámbito de fe.
La misa será oficiada en la Parroquia Stella Maris de la Ciudad de Buenos Aires el próximo domingo 11 de agosto a las 11hs,en Comodoro Py 1925 siendo la primera vez que se registrará en nuestro país un acontecimiento tan especial e importante
Todas aquellas personas, sea cual sea su credo, están invitadas a participar de esta celebración.
Durante la misa se llevará adelante un gesto para con aquellas personas que tomaron la decisión de quitarse la vida, por eso los miembros de la Fundación solicitan que se lleve una flor , la que se acercará al altar en el momento que el sacerdote lo disponga.
Enebro invita a todos a participar, el suicidio es una problemática que nos atraviesa a todos como sociedad, y está también en cada uno la posibilidad de prevenir estas situaciones.
El Equipo de la Fundación Enebro espera al público en general para abrazar, sanar y prevenir .
Noemi Zamora
Muchas gracias por compartir este artículo. Muy necesario hablar de suicidio.
Muchas gracias por compartir este artículo. Muy necesario hablar de suicidio.