Con fecha del miércoles 12 de marzo del corriente, los bloques opositores (PRO, UCR y Republicanos Unidos) del Consejo Escolar de Morón, lograron que la presidenta del cuerpo, Mabel Mesa y los miembros del oficialismo de Unión por la Patria (a excepción del hijo del libertario Ariel Diwan, Luciano, vice 1° y Silvia Herrera de Nuevo PRO) firmasen una disposición, la 065/25, que solicita al «Poder Ejecutivo Nacional que arbitre los medios necesarios para el financiamiento de la obra (de la Escuela Primera N° 50 de Castelar), o bien rescindir por mutuo acuerdo de todas las partes el contrato vigente y transferir la obra a la órbita de la Provincia de Buenos Aires».

La primaria N° 50 de Lacarra, entre Arena y Mburucuyá se derrumbó en 2022. Hoy los alumnos asisten a la primaria N° 17 en la calle Maison, Castelar centro.

La primaria N° 50 de Lacarra, entre Arena y Mburucuyá de Castelar Sur, se derrumbó en 2022. Hoy sus alumnos asisten a la primaria N° 17 en la calle Maison, Castelar centro.

 

Licitada originalmente en febrero de 2022 y con fecha de inicio de obra al año siguiente, mediante un convenio tripartito entre Nación, Provincia y el Municipio y con un plazo de construcción de 360 días, las tareas de reconstrucción de la escuela primaria 50 (derrumbada en 2022), deberían haber concluido en abril de 2024. Lejos de eso, las obras quedaron paralizadas en diciembre de 2023, con apenas el 12 por ciento de avance (en rigor de verdad, apenas los cimientos y algunas paredes).

Según el intendente Lucas Ghi, las obras en la primaria 50 están en un 30 por ciento. Para el Consejo Escolar en un 12 %.

 

Pese a la afanosa operación de “desmentida” emprendida desde la jefatura del Consejo Escolar, desde nuestra nota anterior, respecto a un inicio de clases con variados problemas, producto de años de desinversión, en este punto surge un nuevo contrasentido, respecto de las afirmaciones públicas del intendente Lucas Ghi, en su reciente discurso de apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante: para el jefe comunal, las obras se hallan en un 30 por ciento, mientras la reciente disposición del propio Consejo Escolar las mensura en un 12 por ciento (N. de R: para emprender una campaña de “rectificación”, primero las partes involucradas en la demora deberían ajustar el discurso público).

Como sea, con apenas un 12 o 30 por ciento de una obra, cuya inversión implicaba una erogación inicial de casi 390 millones de pesos, desde el pasado 5 del corriente, fecha en que los alumnos retornaran a las aulas, los mismos lo hacen a una buena distancia de la ubicación de la 50, en Lacarra y Arena de Castelar Sur, compartiendo espacio con los chicos de la primaria 17, a pocas cuadras de la estación ferroviaria de Castelar, en la calle Maison.

La obra en la escuela 50 está paralizada desde diciembre de 2023.

 

De regreso a la reciente disposición emanada del Consejo Escolar de Morón, la misma encierra, a los usos prácticos, sólo un decálogo de “buenas intenciones”, resumidas en una escueta carilla (casi de compromiso) de siete párrafos de “considerandos” y apenas dos artículos (uno de forma) “dispositivos”, los cuales además encierran una “chicana” política, con inocultables intenciones de evadir y transferir responsabilidades.

Es que, desde este medio nunca se negó que el financiamiento de la obra en cuestión, le correspondía por convenio al Estado Nacional, pero entre marzo de 2022 y diciembre de 2023, cuando el gobierno de Javier Milei impusiera el “no hay plata” para la obra pública, el municipio de Morón percibió de la provincia de Buenos Aires, sólo en concepto de transferencias por Fondo de Financiamiento Educativo, no menos de $ 1.736.029.436, lo que equivale a cuatro veces el monto de inversión original para la reconstrucción total de la primaria N° 50, de conformidad a la licitación pública 22/2022, en el marco del programa bonaerense “Escuelas a la Obra”.

Subsidiariamente, resuena la pregunta sin respuesta, de en qué se utilizaron esos recursos, puesto que de haber sido reasignados en legítima atribución de las facultades concedidas por ley al ejecutivo comunal, las mismas no parecen haber ido a reforzar el presupuesto de seguridad, por ejemplo, o de haberlo hecho, evidentemente no tuvieron la efectividad deseada en la disminución del delito en la jurisdicción (en verdad, se desconoce el destino final de esos fondos destinados al fortalecimiento educativo en Morón).

La primaria 50, en el medio de la disputa política entre Nación, Provincia de Buenos Aires y el Municipio de Morón.

Porque, de acuerdo a la misma disposición refrendada por la titular del Consejo Escolar, a instancias de los consejeros escolares de la oposición y de acuerdo al Convenio Tripartito de Administración de Fondos N° 323/22 del 29 de marzo de 2022, refrendado por las tres jurisdicciones y que establecía las obligaciones de cada parte integrante (para la reconstrucción de la primaria 50): “al Ministerio de Educación asignar y transferir los fondos en función de la disponibilidad financiera, a la Dirección General de Cultura y Educación, generar el apto técnico de las obras y al Municipio de Morón aceptar el rol de unidad ejecutora local (UEL) asumiendo ser el responsable de la administración de los recursos recibidos del ministerio”, documento que lleva las firmas en conformidad de Jaime Perczyk, por el Ministerio de Educación de la Nación, de Alberto Sileoni por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y Lucas Ghi, intendente municipal de Morón.

“Yo señor?… No señor!”…

En el “Al Gran Bonete” de la transferencia de responsabilidades oficiales, mejor callar antes que seguir confirmando las “huellas” indelebles de la desidia y el desinterés por la educación pública y los alumnos de la escuela primaria 50, hoy convertida en un símbolo de la burocracia política distrital, que no aporta respuestas ni soluciones a la comunidad educativa, pero resulta pródiga en excusas y “aclaraciones que oscurecen”.

La escuela primaria N° 50 fue inaugurada en 1953 por iniciativa de los vecinos. En 2022 se derrumbó.

 

 

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